sábado, 26 de mayo de 2007

A modo de bienvenida

En una época como esta en la que vivimos, con una sociedad tan disidente de las artes y las humanidades, cualquier justificación que pretenda explicar la necesidad de crear una "nueva" revista parece innecesaria y creo que lo es en realidad. Sin embargo, lo que hoy nos impulsa a escribir esto es más bien una mera relación de anécdotas y el sin fin de intenciones que propiciaron la creación de nuestra revista. Una de ellas, quizás la más importante, era la de crear un espacio pluricentrico, pluricultural, multidinámico, intermusical, intertextual y tan funcional como nos fuera permitido.
Más que un objeto, nuestra revista será un espacio, más que una luz será una voz. Una voz que propicie el diálogo, la reflexión, la crítica (hacia nosotros y hacia los demás) y que cierre el triángulo de la comunicación. Que en nosotros se reflejen los demás y que los demás encuentren su resplandor en nosotros. Que participen y que decidan colarse en este buque en el que ahora vamos derivando.

El nacimiento de la revista se da en Monterrey pero ese hecho es meramente anecdótico. Al momento de nacer la revista dejó de ser de Monterrey y se convirtió en ciudadana universal. De ahí nuestra intención de congregar pensamientos e ideas de personas provenientes de cualquier punto periférico de nuestro país y del mundo (aunque siempre en nuestro idioma). Las restricciones en cuanto a la edad nos parecen igualmente irrelevantes. Nuestro intención persigue la integración, las ideas y los pensamientos por encima de los regodeos farandulescos que se nutren en el autoplagio de tantas revista que hoy circulan.

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